Mi hogar en tu bosque: 

Una breve anécdota que describe lecciones de vidacamiante

 El desacuerdo entre los sueños y la realidad no produce daño alguno, siempre que la persona que sueña crea seriamente en su sueño, se fije atentamente en la vida, compare sus observaciones con sus castillos en el aire y, en general, trabaje escrupulosamente en la realización de sus fantasías”
Vladimir I. Lenin

 

En la ruta de la vida me encontré con un parque, donde habían inmensos árboles que maravillaron mi vida, me alegraron el rostro y donde pude disfrutar su inmensidad, su follajes, su flores y su habitad. La sabia de esos árboles tenía semejanza solo con mi sangre, por ello quede enraizado con las virtudes de ese parque.

En ese camino encontré un jardín botánico, donde descubrí diversas flores, tan lindas que no paraba de apreciar cada detalle; sus aromas, pétalos y mariposas que lo sobre volaban. Observe cada una del jardín y me sentía como un pájaro sobre ellas, queriendo acariciar con ternura cada una. Sin duda era uno de los jardines más lindos y grandiosos que había visto, con bastas virtudes.  

La vida trascurría y en ella conocí una lomita escondida del ruido humano y pude percibir una diversidad de animalitos; pajaritos, colibrí, mariposas, iguanas, conejos, hormigas, gatos, en fin, eran tantos que me quede inmóvil, para no incomodarlos con mi presencia y poder apreciar de reojo cada bello animal que vivían felizmente en esa lomita. Fui tan feliz en ese instante que creí era una de las mejores maravillas que había vivenciado.

En este camino marchaba cuando de pronto una estrella apareció y conocí el bosque, en el cual me di cuenta que en el habitaban majestuosos árboles, diversos en forma y contenido, lindos como los del parque. También observe flores en sus más diverso esplendor y belleza como las del jardín, y en medio de estos se encontraban gran cantidad de animalitos, desde chapulines, mariposas, monitos, abejitas y muchas especies que sin lugar a duda me hicieron sentir en casa. Sin lugar a mas interpretaciones, era el hogar las virtudes anteriores se encontraban en este punto.

Y me dije: <<Esto es lo que había soñado, aquí es donde quiero construir mi vida>> Así mismo me dije que las experiencias en el parque, el bosque y la lomita me hacían sentir con vida, con alegría y felicidad. Me habían hecho caminar, retoñar, compartir sueños y construir de la mano.

Aprendí que la clave era que el bosque reunía mi sueño, los anelos y los castillos de arena que son las amplias virtudes. Aprendí que era el lugar donde quería estar, el bosque me hacía sentir pleno, y era ahí, donde quería construir: En tu bosque

Amarte así, sigue siendo mi andar…

Árbol